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Calidad educativa para la competitividad institucional en el Perú del siglo XXI (página 2)



Partes: 1, 2

Actualmente, la certificación de un sistema de
calidad tiene un carácter voluntario, no obstante, cada
día es mayor el número de empresas que exigen a sus
proveedores la certificación de sus sistemas de calidad
conforme a alguna norma específica.

Eficiencia
educativa

Según Sallenave (2013) la eficiencia
educativa es el resultado positivo luego de la
racionalización adecuada de los recursos, acorde con la
finalidad buscada por los responsables de la gestión
educativa institucional. La eficiencia está referida a la
relación existente entre los bienes o servicios producidos
o entregados y los recursos utilizados para ese fin
(productividad), en comparación con un estándar de
desempeño establecido. Las entidades podrán
garantizar su permanencia en el mercado si se esfuerzan por
llevar a cabo una gestión empresarial eficiente, orientada
hacia el cliente y con un nivel sostenido de calidad en los
productos y/o servicios que presta.

La eficiencia puede medirse en términos de los
resultados divididos por el total de costos y es posible decir
que la eficiencia ha crecido un cierto porcentaje (%) por
año. Esta medida de la eficiencia del costo también
puede ser invertida (costo total en relación con el
número de productos) para obtener el costo unitario de
producción.

Esta relación muestra el costo de
producción de cada producto. De la misma manera, el tiempo
(calculado por ejemplo en término de horas hombre) que
toma producir un producto (el inverso de la eficiencia del
trabajo) es una medida común de eficiencia.

La eficiencia es la relación entre los resultados
en términos de bienes, servicios y otros resultados y los
recursos utilizados para producirlos. De modo empírico hay
dos importantes medidas: i) Eficiencia de costos, donde los
resultados se relacionan con costos, y, ii) eficiencia en el
trabajo, donde los logros se refieren a un factor de
producción clave: el número de trabajadores. Si un
auditor pretende medir la eficiencia, deberá comenzar la
auditoría analizando los principales tipos de
resultados/salidas de la entidad. El auditor también
podría analizar los resultados averiguando si es razonable
la combinación de resultados alcanzados o verificando la
calidad de estos.

Cuando utilizamos un enfoque de eficiencia para este
fin, el auditor deberá valorar, al analizar cómo se
ha ejecutado el programa, que tan bien ha manejado la
situación la empresa. Ello significa estudiar la empresa
auditada para chequear como ha sido organizado el trabajo. La
eficiencia, está referida a la relación existente
entre los servicios prestados o entregado por las entidades y los
recursos utilizados para ese fin (productividad), en
comparación con un estándar de desempeño
establecido.

La eficiencia, es la relación entre costos y
beneficios enfocada hacia la búsqueda de la mejor manera
de hacer o ejecutar las tareas (métodos), con el fin de
que los recursos (personas, vehículos, suministros
diversos y otros) se utilicen del modo más racional
posible. La racionalidad implica adecuar los medios utilizados a
los fines y objetivos que se deseen alcanzar, esto significa
eficiencia, lo que lleva a concluir que las empresas va a ser
racional si se escogen los medios más eficientes para
lograr los objetivos deseados, teniendo en cuenta que los
objetivos que se consideran son los organizacionales y no los
individuales.

La racionalidad se logra mediante, normas y reglamentos
que rigen el comportamiento de los componentes en busca de la
eficiencia.

La eficiencia busca utilizar los medios, métodos
y procedimientos más adecuados y debidamente planeados y
organizados para asegurar un óptimo empleo de los recursos
disponibles.

La eficiencia no se preocupa por los fines, como si lo
hace la eficacia, si no por los medios. La eficiencia, se puede
medir por la cantidad de recursos utilizados en la
prestación de servicios.

La eficiencia aumenta a medida que decrecen los costos y
los recursos utilizados. Se relaciona con la utilización
de los recursos para obtener un bien u objetivo.

Para Ramírez (2013) la eficiencia en el
servicio educativo debe ser considerada, a la luz de otros
valores conjuntamente con aquellos relacionados a la
economía y efectividad de los organismos Públicos y
deben alcanzar ciertas metas sociales. Deben obtener mediante una
actividad racional, la satisfacción de las necesidades de
la comunidad, tanto en el orden material como en el orden social
dentro del proceso político y dentro de las reglas de la
ética pública. Aquí el concepto de
eficiencia adquiere un significado más amplio. Es la
efectividad y la eficacia del servicio público.
Naturalmente esto no excluye la economía, pero el bien
general es el que debe guiar la acción, para comprender
estos conceptos, es interesante guiarnos por la ideas de John D.
Millet ha expuesto en su libro Management in the Public Service.
Dice este autor que la eficiencia en la administración
Pública se puede apreciar si se tiene un servicio
satisfactorio, si hay una ejecución responsable y si
existe un buen gobierno.

Pérez (2013); señala que una
decisión es más eficiente cuando mejora la
capacidad de la entidad en el desempeño de sus
actividades, es decir cuando más aprendizaje produce la
entidad, de modo que esta pueda hacer mejor aquello que tiene que
hacer. Dado lo que tiene que hacer una empresa consiste en la
realización de unas determinadas actividades
productivas-distributivas que sean económicamente
eficientes, hemos de concluir que las decisiones eficientes son
aquellas que a través del aprendizaje que producen, logran
mejorar la eficiencia económica de las actividades de la
empresa. El concepto de eficiencia es distinto frecuentemente
utilizado cuando la eficacia de una decisión se entiende
la relación entre los ingresos producidos por dicha
decisión y los incentivos o recursos gastados para ponerla
en práctica. En un momento determinado la eficiencia de
una empresa vendrá medida por el beneficio correspondiente
a la decisión cuya eficacia sea máxima. Las
decisiones eficientes son aquellas que hacen crecer dicho
beneficio, es decir las que generan alternativas o modos de
operar eficaces a los existentes de la decisión pero que
no eran factibles antes del aprendizaje producido por
esta.

Efectividad
educativa

Según Sallenave (2013); la efectividad
educativa se refiere al grado en el cual la entidad educativa
logra sus objetivos y metas u otros beneficios que
pretendía alcanzar, previstos en la legislación o
fijados por el Directorio. Si un auditor se centra en la
efectividad, deberá comenzar por identificar las metas de
los programas de la entidad y por operacionalizar las metas para
medir la efectividad.

Dicho término hace énfasis a los
resultados, promueve el hacer las cosas correctas y sobretodo en
lograr objetivos sin importar el costo o el uso o mal uso de los
recursos. Una determinada iniciativa es más o menos eficaz
según el grado en que cumple sus objetivos, toma en cuenta
la calidad del producto y le deja el problema del cómo
obtenerlo a la otra variable de la función efectividad, la
que llamamos eficiencia. Desde el punto de vista de la empresa,
especialmente en los más altos niveles jerárquicos,
la eficacia es de una importancia única, de hecho, en la
formulación de su Planificación Estrategia, al
tratar de darle respuesta al ¿Qué?, ¿Por
qué?, ¿Para qué?, el enfoque que
necesariamente debe prevalecer, tanto en la formulación de
los objetivos como en la formulación de las estrategias,
es el de la eficacia.

Según Sallenave (2013) la base para
alcanzar la efectividad educativa es lograr los objetivos
institucionales que vienen a ser el conjunto de pretensiones a
alcanzarse con relación al crecimiento, posicionamiento,
rentabilidad, sobrevivencia o desarrollo de la
organización o unidad estratégica, expresado
cualitativamente, como resultado principalmente, del
análisis estratégico, de la visión del
futuro y de la creatividad de los estrategas.

Responde a la pregunta ¿Qué queremos
lograr? Por su parte, las metas estratégicas son la
afinación del objetivo estratégico, pues es la
cuantificación y ubicación en el tiempo de los
objetivos estratégicos. Responde a la pregunta
¿Cuánto queremos lograr y para cuando?

Teniendo en cuenta que el proceso de
planificación estratégica comienza con la
fijación clara, exacta y precisa de la misión,
resulta imprescindible que los planificadores (entre los que se
encuentran, empresarios, ejecutivos y mercadólogos)
conozcan antes, cuál es la definición de
misión, con la finalidad que tengan el fundamento
básico para iniciar la elaboración de una
misión que sea capaz de mover a las personas a ser parte
activa de lo que será la razón de ser de la empresa
u organización.

La misión es lo que pretende y para quién
lo va hacer. Es el motivo de su existencia, da sentido y
orientación a las actividades; es lo que se pretende
realizar para lograr la satisfacción de los clientes
cautivos, de los clientes potenciales, del personal, de la
competencia y de la comunidad en general. La misión es el
propósito de una organización; el cual, es una
función de cinco elementos: (1) la historia de la
organización; (2) las preferencias actuales de la gerencia
y/o de los dueños; (3) las consideraciones ambientales;
(4) los recursos de la organización; y (5) sus capacidades
distintivas". Asimismo, la misión es la finalidad
pretendida o definición del papel que desea cumplir en su
entorno o en el sistema social en el que actúa, y que real
o pretendidamente, supone su razón de ser.

La misión es el motivo, propósito, fin o
razón de ser de la existencia de una organización
porque define: 1) lo que pretende cumplir en su entorno o sistema
social en el que actúa, 2) lo que pretende hacer, y 3)
él para quién lo va a hacer; y es influenciada en
momentos concretos por algunos elementos como: la historia de la
organización, las preferencias de la gerencia, los
factores externos o del entorno, los recursos disponibles, y sus
capacidades distintivas.

La misión equivale a enunciar
explícitamente la razón de la existencia del pliego
presupuestario, debe reflejar lo que es, haciendo alusión
directa a la función general y específica que
cumple como instancia de gestión.

Según Seto (2013); la efectividad en los
servicios educativos considera como parte fundamental para
participación del capital humano. Muchas veces nos podemos
encontrar con resistencia por parte de los empleados o personal
de contacto en asumir la responsabilidad para la
aplicación de una fidelización con el cliente.
Llevar a cabo programas de formación y
comunicación, puede ayudar a los empleados en sus nuevos
roles y permitir las ventajas y oportunidades que pueden obtener
si son capaces de dar solución inmediata a las reclamos ,
para ello es preciso seleccionar personas con perfiles adecuados
para el trato a las personas y atender entre otras sus reclamos o
quejas, formar a los empleados en la cultura de la empresa,
aportarles conocimientos necesarios para que desarrollen su
espíritu de iniciativa , autonomía y
responsabilidad. Tener archivos de nuestros clientes nos pueden
ser de gran ayuda para desarrollar un sistema eficaz.

Mejora continua
educativa

Interpretando a Chiavenato (2010) la mejora
continua educativa está relacionada al cumplimiento de las
acciones, políticas, metas, objetivos, misión y
visión de la entidad educativa; tal como lo establece la
gestión empresarial moderna. La mejora continua es el
proceso emprendido por una o más personas para coordinar
las actividades laborales de otras personas con la finalidad de
lograr resultados de alta calidad que una persona no
podría alcanzar por si sola. En este marco entra en juego
la competitividad, que se define como la medida en que una
empresa, bajo condiciones de mercado libre es capaz de producir
bienes y servicios que superen la prueba de los mercados,
manteniendo o expandiendo al mismo tiempo las rentas reales de
sus empleados y socios. También en este marco se concibe
la calidad, que es la totalidad de los rasgos y las
características de un producto o servicio que refieren a
su capacidad de satisfacer necesidades expresadas o
implícitas. La mejora de la gestión, es el conjunto
de acciones que permiten obtener el máximo rendimiento de
las actividades que desarrolla la entidad. Gestión
óptima, es hacer que los miembros de una entidad trabajen
juntos con mayor productividad, que disfruten de su trabajo, que
desarrollen sus destrezas y habilidades y que sean buenos
representantes de la empresa, presenta un gran reto para los
directivos de la misma.

Cuando el proceso de gestión alcanza el
estándar a continuación, puede considerarse que
está en mejora.

La gestión puede considerarse en mejora si: i) Se
están logrando los objetivos operacionales de la entidad;
ii) Disponen de información adecuada hasta el punto de
lograr los objetivos operacionales de la entidad; iii) Si se
prepara de forma fiable la información administrativa,
financiera, económica, laboral, patrimonial y otras de la
entidad; y, iv) Si se cumplen las leyes y normas aplicables.
Mientras que la gestión institucional es un proceso, su
mejora es un estado o condición del proceso en un momento
dado, el mismo que al superar los estándares establecidos
facilita alcanzar la mejora.

La determinación de si una gestión
está en mejora o no y su influencia en la
institución, constituye una toma de postura subjetiva que
resulta del análisis de si están presentes y
funcionando eficazmente los cinco componentes del Control
Interno: entorno de control, evaluación de riesgos,
actividades de control, información y comunicación
y supervisión.

El funcionamiento eficaz de la gestión y el
control, proporciona un grado de seguridad razonable de que una o
más de las categorías de objetivos establecidos va
a cumplirse. Cuando los responsables de la gestión se
preocupan por hacer correctamente las cosas se esta transitando
por la eficiencia (utilización adecuada de los recursos
disponibles) y cuando utiliza instrumentos para evaluar el logro
de los resultados, para verificar las cosas bien hechas son las
que en realidad debían realizarse, entonces se encamina
hacia efectividad (logro de los objetivos mediante los recursos
disponibles) y cuando busca los mejores costos y mayores
beneficios está en el marco de la economía. La
eficiencia, eficacia y economía no van siempre de la mano,
ya que una entidad puede ser eficiente en sus operaciones, pero
no eficaz, o viceversa; puede ser ineficiente en sus operaciones
y sin embargo ser eficaz, aunque sería mucho más
ventajoso si la eficacia estuviese acompañada de la
eficiencia para optimizar la gestión.

Acreditación
institucional

Para Hernández (2014); la
acreditación es el procedimiento mediante el cual el
CONEAU (Consejo de evaluación, acreditación y
certificación de la calidad de la educación
superior universitaria – CONEAU: Órgano operador del
SINEACE, encargado de definir los criterios, indicadores y
estándares de medición para garantizar en las
universidades públicas y privadas niveles aceptables de
calidad, así como alentar la aplicación de las
medidas requeridas para su mejoramiento) reconoce formalmente que
la carrera profesional, una facultad o toda una Escuela cumple
con los estándares de calidad previamente establecida por
dicho organismo del Estado peruano, como consecuencia del informe
de evaluación satisfactorio presentado por la entidad
evaluadora, debidamente verificado por el CONEAU.

La acreditación es el reconocimiento formal de la
calidad demostrada por una carrera profesional universitaria,
otorgado por el Estado, a través del órgano
operador correspondiente, según el informe de
evaluación externa emitido por una entidad evaluadora,
debidamente autorizada, de acuerdo con las normas
vigentes.

Para lograr la acreditación, que tiene una
duración de tres años, la carrera demuestra en su
informe final de autoevaluación, debidamente verificado
por la entidad evaluadora y el CONEAU, que ha alcanzado los
estándares del Modelo de Calidad que el CONEAU ha
establecido.

Para que una carrera profesional universitaria pueda
iniciar el proceso de acreditación deberá cumplir
los siguientes requisitos: 1) La Escuela que oficialmente
presenta la carrera debe estar registrada en la Asamblea Nacional
de Rectores (ANR) y tener la autorización de
funcionamiento definitivo vigente. 2) La carrera profesional debe
tener la autorización de funcionamiento oficial de la
Escuela a la que pertenece. 3) La carrera profesional tiene que
tener por lo menos una promoción de egresados con 02
años de antigüedad.

El proceso de acreditación consta de las
siguientes etapas: a) Etapa previa al proceso de
Acreditación. La etapa previa al proceso de
Acreditación contiene información sobre las
actividades preliminares de autoevaluación, que realiza la
carrera profesional, como informar al CONEAU del inicio de sus
actividades y de la designación de su comité
interno a fi n que este Órgano Operador, brinde
capacitación sobre la metodología de
autoevaluación de su modelo, establecido con fines de
acreditación; b) Autoevaluación: La
autoevaluación con fines de acreditación, es el
proceso mediante el cual la universidad, o sus carreras,
reúnen y analizan información sobre sí
misma, la contrasta con sus propósitos declarados y el
Modelo de Calidad que contiene los estándares aprobados
por el CONEAU. Como parte de la mejora continua, la
autoevaluación es un proceso cíclico, internamente
participativo, externamente validado, con criterios y
procedimientos de evaluación pertinentes,
explícitos y aceptados, con los que se facilita la
identificación de acciones correctivas para alcanzar,
mantener y mejorar niveles de calidad.

La preocupación por la calidad de la
enseñanza en general y de la enseñanza de la
medicina en particular cumplió un siglo, nace en 1904
cuando la Asociación Médica Americana (AMA)
creó su Concejo y estableció los criterios para la
acreditación de facultades de medicina, convenciendo a la
Fundación Carnegie para que encargara al profesor e
investigador Abraham Flexner un estudio sobre la situación
de la enseñanza de la medicina en Estados Unidos y
Canadá. Flexner, realizó el estudio, comparando los
elementos constitutivos de una Escuela o Facultad de Medicina,
evaluando a 155 de ellas en los Estados Unidos y Canadá.
Evaluó los aspectos relacionados a: Currículo,
Estudiantes, Cuerpo Docente, Infraestructura, Organización
Administrativa y Académica, equipamiento, Compromiso con
la Institución, Metodología y otros aspectos que
hoy son los elementos de toda Acreditación. El Informe
Flexner demostró, que gran parte de las escuelas de
Medicina evaluadas eran un fiasco, algunas hasta otorgaban
títulos por correo. El resultado de la aplicación
de las sugerencias del informe fue la reducción
drástica de escuelas de medicina en un lapso de 12
años, las que quedaron cambiaron completamente, mejorando.
A partir de ahí, comenzaron las Juntas de
Certificación para Médicos Especialistas, que
dieron origen en 1981 al The Accreditation Council for Graduate
Medical Education (ACGME) responsable por la acreditación
de los programas de entrenamiento para los post –
títulos (CGME), cuya misión es mejorar la Calidad
de la Salud Pública en los Estados Unidos y Liaison
Committeeon Medical Education (LCME) que es un órgano de
acreditación de programas educativos en las Escuelas de
Medicina en los Estados Unidos y el Canadá. En
Latinoamérica, la acreditación lleva poco tiempo,
alrededor de veinticinco años, existiendo organismos
nacionales encargados de establecer los estándares o
indicadores paramétricos en casi todos los países.
Definiremos algunos términos en su momento como paso
previo al tema que nos compete: "La Calidad es la
adecuación del ser y del quehacer de la educación
superior, a su debe ser". Autoevaluación (selfassessment).
"Es un proceso participativo interno de análisis
estructurado y reflexivo que busca mejorar la calidad. Da lugar a
un informe escrito sobre el funcionamiento, los procesos,
recursos, y resultados, de una institución o programa de
educación superior". Cuando la autoevaluación se
realiza con miras a la acreditación, debe ajustarse a
criterios y estándares establecidos por la agencia u
organismo acreditador.

La evaluación es un componente esencial de
cualquier esfuerzo que se haga para producir algo de valor,
así como para poder adoptar una buena decisión. Las
funciones principales de la evaluación1- están
dirigidas, fundamentalmente, a: Validar y hacer explícitos
unos valores; Examinar planes, acciones y logros; Comprobar e
interpretar los logros de un programa o tarea; Perfeccionar un
programa o curso de acción; Guiar el aprendizaje de los
educandos; Mejorar los procesos educacionales; Establecer
procesos de certificación; Obtener información
válida para tomar mejores decisiones; Proteger a la
población.

Los aspectos a evaluar están incluidos en tres
grandes niveles estructurales:

  • 1) Supra estructura: Conjunto de
    intencionalidades, visión, misión, concepciones
    y modelos educativos, perfiles de egreso, académicos y
    resultados;

  • 2) Estructura: Organización de la
    Investigación, de la Docencia, la Difusión y la
    Vinculación y de los sujetos que realizan dichas
    actividades, e

  • 3) Infraestructura: Recursos, mobiliarios,
    materiales, de equipos, de servicios, financieros y
    condiciones de trabajo.

En estos niveles, están incluidos todos los
aspectos constitutivos y los procesos de las instituciones y de
los programas, que deben ser evaluados en razón del
concepto de calidad, el cual sale a la luz mediante la
acreditación. Acreditación (quality assurance y
validation). Proceso complejo multifactorial de aseguramiento de
la calidad de una institución o de un programa educativo
que se basa en una evaluación previa de los
mismos.

El proceso de acreditación es llevado a cabo por
una agencia externa a las instituciones de educación
superior. La acreditación reconoce la calidad de los
programas o de la institución acreditada. Da fe
pública de la calidad. Tanto el proceso de
autoevaluación con el consiguiente de mejora continua de
la calidad, son proceso complejos, que involucran a todos los
miembros de la comunidad universitaria, sus procesos y a la
comunidad a la que servimos, ¿Porque los realizamos,
porque Acreditamos? Porque: Las instituciones formadoras de
recursos humanos, universidades, tienen el compromiso con la
sociedad de entregarles profesionales de la más alta
calidad humana, científico-técnica y ética.
Cuál es su razón de ser. La medicina tiene como
objeto de trabajo al ser humano. La Sociedad a través del
Estado, derivan gran parte de sus recursos para mantener a las
universidades estatales y a los servicios de salud, los cuales
incrementan sus costos en alrededor del 30% por la presencia de
los alumnos y docentes; Los padres de familia o los propios
alumnos invierten grandes sumas de dinero para su
formación; Las universidades ofrecen programas con
determinada característica que hacen que unos se
diferencien de los otros, así lo expresan e inducen a los
postulantes a una u otra institución.

El Sistema Nacional de Evaluación,
Acreditación y Certificación de la Calidad
Educativa –

SINEACE, fue introducido en el marco legal peruano a
través de los artículos 14, 15 y 16 de la Ley
General de Educación – 28044, pero su
regulación específica se ha dado a través de
la Ley 28740 publicada el 23 de mayo de 2006. Esta última
Ley establece los principios, finalidad y, funciones del Sistema,
así como los aspectos generales de su organización
interna. Del contenido de la norma se desprende que el SINEACE es
un organismo público descentralizado cuyo adecuado
funcionamiento permitirá desencadenar procesos
fundamentales para la mejora de la calidad del Sistema Educativo
Peruano.

El SINEACE tiene la finalidad de garantizar a la
sociedad que las instituciones educativas públicas y
privadas ofrezcan un servicio de calidad. Esta finalidad se
cumple a través de las diversas funciones que le han sido
asignadas al organismo, muchas de las cuales descansan en
procesos voluntarios, tercerizados o funciones que son ejercidas
por otras instancias públicas (como es la
autorización de funcionamiento de las instituciones
educativas). De todo ello podemos deducir, que la finalidad
máxima del SINEACE será cumplida en la medida en
que este nuevo organismo público descentralizado realice
con eficacia una labor fundamentalmente articuladora de las
funciones que ejerce directamente, con las que ejercen otras
instancias públicas y, esté alerta a los resultados
de otras funciones que sean ejercidas por actores privados,
emitiendo opinión cuando guarden vinculación con la
calidad de las instituciones educativas o la formación
profesional.

La Ley establece que el SINEACE cuenta con un Consejo
Superior y tres órganos operadores: uno encargado de
cumplir las funciones respecto de la educación
básica y técnico productiva (IPEBA); otro encargado
de cumplir las funciones respecto de la educación superior
tecnológica y pedagógica (CONEACES) y, un tercero,
encargado de cumplir las funciones respecto de la
educación superior universitaria (CONEAU). Cada uno de
estos órganos operadores tienen una conformación
basada en una propuesta multisectorial y los miembros de su
Consejo Directivo tienen un perfil técnico establecido por
la Ley y que debe ser detallado en el Reglamento. Cabe precisar
que una vez designados los miembros de los órganos
operadores, éstos son independientes de la entidad que los
propuso y sólo pueden ser removidos por causales legales.
De ahí que la eficacia del SINEACE dependerá, en un
alto grado, de la idoneidad de las personas que compongan sus
órganos operadores. El ente máximo del Sistema lo
constituye el Consejo Superior, el cual está integrado por
los tres Presidentes de los órganos operadores antes
mencionados y tiene por función primordial articular el
Sistema. Los órganos operadores, por ser los entes
especializados, se ocuparán de la regulación de los
temas técnicos propios de la etapa o sub-etapa educativa
que le corresponda.

El SINEACE nace en un momento de profunda crisis de
calidad de nuestro Sistema Educativo, afirmar ello no constituye
una novedad para nadie pues sobran los documentos,
artículos y comentarios, escritos por personas de mucha
trayectoria y experiencia en el mundo de la educación, que
manifiestan su preocupación por los bajos niveles de
comprensión de lectura que alcanzan nuestros escolares o
la mala formación técnica o profesional que
demuestran nuestros jóvenes. La gran cantidad de
instituciones educativas de dudosa calidad que generan,
periódicamente, un mar de técnicos y profesionales
con muy pocas posibilidades de satisfacer las necesidades del
mercado son: el terror de los padres de familia y la pesadilla de
los empleadores y de la sociedad en general. Las acciones de las
autoridades para modificar este panorama son evidentemente
insuficientes por lo que el caos y la insatisfacción
social van en un alarmante incremento. Paralelamente a esta
penosa situación, se aprecian destacables esfuerzos de
diversas instituciones y de la sociedad civil por contrarrestar
estos escenarios negativos, exponiendo experiencias exitosas y
ofreciendo alternativas formativas de calidad o mecanismos que
les permitan a las instituciones educativas existentes mejorar su
calidad. Lamentablemente, estos esfuerzos aún son
minoría y su limitada cobertura nos obliga a seguir
buscando la llamada "calidad con equidad".

La amplitud del radio de acción del SINEACE
sumada a la participación voluntaria de los actores en los
procesos de acreditación de instituciones y
certificación de competencias traslada a la comunidad, en
gran medida, la responsabilidad de la velocidad, seriedad y
trascendencia con la que se desencadenen los procesos
encomendados al SINEACE. No obstante lo ambicioso que sea el
mandato del SINEACE, consideramos que ninguna institución
pública ni privada puede, por sí sola, garantizar
calidad del servicio educativo. Esta aspiración se
dificulta aún más si tenemos en cuenta los escasos
recursos materiales con los que normalmente funcionan las
entidades públicas en el Perú. En nuestra
opinión, esta circunstancia lejos de constituir una excusa
para justificar de antemano, el retraso en el cumplimiento de los
objetivos asignados al SINEACE debe significar, muy por el
contrario, una motivación para que la sociedad en su
conjunto se aliste a cumplir comprometidamente con la parte que
le corresponda, es decir: vigilancia ciudadana en el cumplimiento
del marco legal por parte de las instituciones educativas de
nuestro entorno, promoción y difusión de
experiencias exitosas protagonizadas por las diversas
instituciones vinculadas a las actividades del SINEACE,
reconocimiento de méritos, denuncia de infracciones y
actos contrarios a la ética que resulten relevantes,
comunicación de propuestas que vinculen la
educación con la comunidad, entre otros. Debemos ser
consientes que gran parte de los problemas que aquejan a nuestra
sociedad se agudizan o mantienen a causa no sólo de la
desidia de algunas autoridades, sino también, de la
indiferencia que proviene de la comunidad. La calidad educativa
no es la excepción a esta afirmación y todos
debemos sentirnos responsables de ella. En consecuencia,
esperamos que el SINEACE inicie actividades, en breve, y lo haga
abriendo sus puertas a la población e instituciones
interesadas. Con ello, se fortalecerá la oportunidad que
desde siempre hemos tenido todos, de contribuir a la
superación de la crisis de calidad educativa en beneficio
de las futuras generaciones de nuestro país.

Competitividad
educativa

Para Robbins & Coulter (2013); la
competitividad educativa es un concepto que hace referencia a la
capacidad de una entidad de prestar servicios en forma eficiente
(con costos declinantes y calidad creciente), haciendo que sus
servicios sean atractivos, tanto dentro como fuera del
país. La Competitividad es la característica de una
organización cualquiera de lograr su misión, en
forma más exitosa que otras organizaciones competidoras.
Se entiende por competitividad a la capacidad de una
organización pública o privada, lucrativa o no, de
mantener sistemáticamente ventajas comparativas que le
permitan alcanzar, sostener y mejorar una determinada
posición en el entorno socioeconómico.

El término competitividad es muy utilizado en los
medios empresariales, políticos y socioeconómicos
en general. A ello se debe la ampliación del marco de
referencia de nuestros agentes económicos que han pasado
de una actitud autoprotectora a un planteamiento más
abierto, expansivo y proactivo. La competitividad tiene
incidencia en la forma de plantear y desarrollar cualquier
iniciativa de negocios, lo que está provocando obviamente
una evolución en el modelo de empresa y empresario. La
ventaja comparativa de una empresa estaría en su
habilidad, recursos, conocimientos y atributos, etc., de los que
dispone dicha empresa, los mismos de los que carecen sus
competidores o que estos tienen en menor medida que hace posible
la obtención de unos rendimientos superiores a los de
aquellos. El uso de estos conceptos supone una continua
orientación hacia el entorno y una actitud
estratégica por parte de las empresas grandes como en las
pequeñas, en las de reciente creación o en las
maduras y en general en cualquier clase de
organización.

Por otra parte, el concepto de competitividad nos hace
pensar en la idea "excelencia", o sea, con características
de eficiencia y eficacia de la organización. La
competitividad no es producto de una casualidad ni surge
espontáneamente; se crea y se logra a través de un
largo proceso de aprendizaje y negociación por grupos
colectivos representativos que configuran la dinámica de
conducta organizativa, como los accionistas, directivos,
empleados, acreedores, clientes, por la competencia y el mercado,
y por último, el gobierno y la sociedad en general. Una
organización, cualquiera que sea la actividad que realiza,
si desea mantener un nivel adecuado de competitividad a largo
plazo, debe utilizar antes o después, unos procedimientos
de análisis y decisiones formales, encuadrados en el marco
del proceso de "planificación estratégica". La
función de dicho proceso es sistematizar y coordinar todos
los esfuerzos de las unidades que integran la organización
encaminados a maximizar la eficiencia global. Para explicar mejor
dicha eficiencia, consideremos los niveles de competitividad, la
competitividad interna y la competitividad externa.

La competitividad interna se refiere a la capacidad de
organización para lograr el máximo rendimiento de
los recursos disponibles, como personal, capital, materiales,
ideas, etc., y los procesos de transformación. Al hablar
de la competitividad interna nos viene la idea de que la empresa
ha de competir contra sí misma, con expresión de su
continuo esfuerzo de superación.

La competitividad externa está orientada a la
elaboración de los logros de la organización en el
contexto del mercado, o el sector a que pertenece. Como el
sistema de referencia o modelo es ajeno a la empresa, ésta
debe considerar variables exógenas, como el grado de
innovación, el dinamismo de la industria, la estabilidad
económica, para estimar su competitividad a largo plazo.
La empresa, una vez ha alcanzado un nivel de competitividad
externa, deberá disponerse a mantener su competitividad
futura, basado en generar nuevas ideas y productos y de buscar
nuevas oportunidades de mercado.

Para Koontz & O"Donnell (2013); la
competitividad educativa es el resultado de una mejora de calidad
constante y de innovación. Competitividad educativa
está relacionada fuertemente a productividad educacional:
Para ser productivo, los servicios educativos, las inversiones en
capital y los recursos humanos tienen que estar completamente
integrados, ya que son de igual importancia.

Las acciones de refuerzo competitivo deben ser llevadas
a cabo para la mejora de: La estructura de la institución,
las estrategias, la competencia entre instituciones, las
condiciones y los factores de la demanda, los servicios de apoyo
asociados. La calidad total es la estrategia clave de la
competitividad.

El mundo vive un proceso de cambio acelerado y de
competitividad global en una economía cada vez más
liberal, marco que hace necesario un cambio total de enfoque en
la gestión de las organizaciones. En esta etapa de
cambios, las empresas buscan elevar índices de
productividad, lograr mayor eficiencia y brindar un servicio de
calidad, lo que está obligando que los gerentes adopten
modelos de administración participativa, tomando como base
central al elemento humano, desarrollando el trabajo en equipo,
para alcanzar la competitividad y responda de manera
idónea la creciente demanda de productos de óptima
calidad y de servicios a todo nivel, cada vez más
eficiente, rápido y de mejor calidad.

Robbins & Coulter (2013); señala que
la competitividad educativa es la capacidad de generar la mayor
satisfacción de los usuarios al menor precio, o sea con
prestación de los servicios educativos al menor costo
posible. La competitividad depende especialmente de la calidad e
innovación del producto; del nivel de precios que depende
de la productividad y de la inflación diferencial entre
países. Existen otros factores que se supone tienen un
efecto indirecto sobre la competitividad como la calidad del
producto, la cualidad innovativa del mismo, la calidad del
servicio o la imagen corporativa del productor. La calidad de
producto es la capacidad de producir satisfactores (sean bien
económico o bienes y servicios) que satisfagan las
expectativas y necesidades de los usuarios. Por otro lado,
también significa realizar correctamente cada paso del
proceso de producción para satisfacer a los clientes
internos de la organización y evitar satisfactores
defectuosos. Su importancia se basa en que el cliente satisfecho
nos vuelve a comprar (en organizaciones mercantiles) o vota,
colabora y paga sus impuestos o donativos con gusto (para
organizaciones de Gobierno o de Servicio Social). La capacidad de
producir más satisfactores (sean bienes o servicios) con
menos recursos. La productividad depende en alto grado de la
tecnología (capital físico) usada y la calidad de
la formación de los trabajadores (capital humano). Una
mayor productividad redunda en una mayor capacidad de
producción a igualdad de costos, o un menor costo a
igualdad de producto. Un costo menor permite precios más
bajos o presupuestos menores. El servicio como componente de la
competitividad, es la capacidad de tratar a sus clientes o
ciudadanos atendidos, en forma honesta, justa, solidaria y
transparente, amable, puntual, etc., dejándolos
satisfechos de sus relaciones con la organización. Imagen:
Es la capacidad de la organización de promover en la mente
de muchas personas la idea de que es la mejor alternativa para la
obtención de los bienes o servicios que dejarán
satisfechas sus necesidades y sus expectativas. El aumento de la
competitividad internacional constituye un tema central en el
diseño de las políticas nacionales de desarrollo
socioeconómico. La competitividad de las empresas es un
concepto que hace referencia a la capacidad de las mismas de
producir bienes y servicios en forma eficiente (con costes
declinantes y calidad creciente), haciendo que sus productos sean
atractivos, tanto dentro como fuera del país. Para ello,
es necesario lograr niveles elevados de productividad que
permitan aumentar la rentabilidad y generar ingresos crecientes.
Una condición necesaria para ello es la existencia, en
cada país, de un ambiente institucional y
macroeconómico estable, que transmita confianza, atraiga
capitales y tecnología, y un ambiente nacional (productivo
y humano) que permita a las empresas absorber, transformar y
reproducir tecnología, adaptarse a los cambios en el
contexto internacional y exportar productos con mayor agregado
tecnológico. Tal condición necesaria ha
caracterizado a los países que, a su vez, han demostrado
ser los más dinámicos en los mercados
mundiales.

Según Stoner (2013); la competitividad
educativa es la capacidad que tiene el ente de obtener
rentabilidad en el mercado en relación a sus competidores.
La competitividad depende de la relación entre el valor y
la cantidad del producto ofrecido y los insumos necesarios para
obtenerlo (productividad), y la productividad de los otros
oferentes del mercado. El concepto de competitividad se puede
aplicar tanto a una empresa como a un país. Por ejemplo,
una empresa será muy competitiva si es capaz de obtener
una rentabilidad elevada debido a que utiliza técnicas de
producción más eficientes que las de sus
competidores, que le permiten obtener ya sea más cantidad
y/o calidad de productos o servicios, o tener costos de
producción menores por unidad de producto.

Una empresa es competitiva en precios cuando tiene la
capacidad de ofrecer sus productos a un precio que le permite
cubrir los costos de producción y obtener un rendimiento
sobre el capital invertido. Sin embargo, en ciertos mercados los
precios de productos que compiten entre sí puede variar, y
una empresa puede tener la capacidad de colocar un producto a un
precio mayor que la competencia debido a factores distintos del
precio, como la calidad, la imagen, o la logística. En
estos tipos de mercado, si la empresa puede colocar sus productos
y obtener una rentabilidad, la empresa es competitiva en otros
factores.

La competitividad en precios es importante en mercados
de bienes y servicios estandarizados, mientas que la
competitividad en otros factores es importante en mercados de
bienes y servicios que pueden ser diferenciados por aspectos como
la calidad. Las ventajas son los elementos que permiten tener
mayor productividad en relación a los competidores. Las
ventajas se pueden clasificar en ventajas comparativas y ventajas
competitivas. Las ventajas comparativas surgen de la posibilidad
de obtener con menores costos ciertos insumos, como recursos
naturales, mano de obra o energía. Las ventajas
competitivas se basan en la tecnología de
producción, en los conocimientos y capacidades humanas.
Las ventajas competitivas se crean mediante la inversión
en recursos humanos y tecnología, y en la elección
de tecnologías, mercados y productos.

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Autor:

Domingo Hernández Celis

 

Partes: 1, 2
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